El siglo XX presentó el mayor impulso técnico e intelectual de la historia del hombre, con conquistas en todos los campos y niveles de creación increíbles. En el ámbito moral, sin embargo, el siglo XX sufrió retrocesos continuos y proporcionales. Demasiadas veces la brutalidad se impuso a la razón. Entre los incontables estragos de nuestro odio, destaca la excepción que representa la catedral de Colonia. Esta joya de la arquitectura gótica comenzó a levantarse en la primera mitad del siglo XIII y habría de esperar hasta finales del siglo XIX para verse terminada. Con sus 157 metros de altura, durante 4 años fue la construcción más alta del mundo. Una obra maestra en el epicentro de un siglo devastador. Corría 1945. Alemania agonizaba. En 1942 se lanzaron 48.000 toneladas de bombas sobre las ciudades germanas; en 1943, 207.000; en 1944, 915.000. Colonia, como el resto de ciudades Alemanas, sufría la violencia de sus enemigos: sólo un 20% de sus construcciones sobrevivió; la catedral entre ellas.
El arte representa la victoria de la razón, pero este contexto, ¿dónde queda la razón? Ambos bandos la habían perdido y estaban dispuestos a seguir sacrificándola. No, la razón no salvó a nuestra bella protagonista. Nadie lo hizo en realidad. Sus dos soberbias torres habían visto el horror. La piel de piedra de su fachada había sufrido los latigazos de miles de balas. Su nave central retumbó por el fragor de una bomba. La habían abandonado entre los despojos de su ciudad, huerfana de todo, de todos, menos de sí misma.
Hoy en día es el edificio más visitado de Alemania.Todavía continua su reconstrucción. Cuenta una leyenda que la ciudad de Colonia existirá mientras siga en pie su catedral. Viendo las imágenes, sólo se puede decir que hasta ahora se ha cumplido.
Hoy en día es el edificio más visitado de Alemania.Todavía continua su reconstrucción. Cuenta una leyenda que la ciudad de Colonia existirá mientras siga en pie su catedral. Viendo las imágenes, sólo se puede decir que hasta ahora se ha cumplido.
Muy interesante!!!!
ResponderEliminar"Increible que se mantuviese en pie viendo las imagenes..."
ResponderEliminarPues no es increíble, ya que los bombarderos intentaban no tocar la catedral. De hecho, hay una fila de casas junto al río que quedaban desenfiladas y es lo poco que se conserva de la ciudad original.
ResponderEliminarConozco una informacion que me gustaria contrastar, pues no estoy seguro de su veracidad. Lei en algun sitio que la catedral de Colonia no se salvo por ningun milagro, sino por razones puramente militares: la impresionante mole sirvio a los bombarderos aliados como referencia para destruir los lugares designados.
ResponderEliminarQue yo sepa, los Nazis y los aliados firmaron un acuerdo para no bombardearla
ResponderEliminarLos aliados respetaron a la catedral pero no a sus "hijos". Dresden no tendría tanta suerte. En cualquier caso, no quiero hacer incapié en la supervivencia de la catedral, sino en la desolación que tuvo que contemplar.
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