Ensayo demoledor del escritor austriaco Stefan Zweig que narra el enfrentamiento de Sebastian Castellio, humanista, adelantado a su tiempo, contra la oscura corriente ideológica de su tiempo, encabezada por el teólogo Juan Calvino.
Castellio
Sus textos sobre las raíces del cristianismo y sus argumentos en favor de la libertad del individuo son un rayo de luz en un contexto generalizado de intransigencia religiosa y moral, con dos bloques – el protestantismo y el cristianismo – enfrentados en muchas regiones de Europa. Dichos textos fueron prohibidos, trataron de arrinconar la figura de Castellio, y cuando vieron que la integridad de este hombre estaba por encima de su santa intransigencia, decidieron llegar más allá. Calvino había levantado en Ginebra un sistema que giraba en torno a su idea de Dios y su sesgada interpretación del las escrituras. La vida entera debía estar consagrada al Dios rencoroso y vengativo que habitaba dentro de Calvino. Un sin fin de reglas y castigos velaban el día a día de los ciudadanos. El enfrentamiento entre Castellio y Calvino se recrudeció durante el proceso contra Miguel Servet - teólogo y médico español -, que derivó en la quema de éste en la hoguera.
Servet
Calvino se vio obligado a escribir un texto con el que pretendía justificar la quema de herejes. Castellio lo refutó con contundencia, sabiendo que estaba destapando la caja de pandora de la intransigencia religiosa.
"Contra libellum Calvini", obra cumbre del humanismo, no fue impresa en vida del autor. Si se libró del procesamiento y la aplicación de la justicia Calvinista fue porque su corazón dejó de la latir. Su luz se había apagado, pero no todo fue en vano, pues había dejado una semilla de la libertad de conciencia para tiempos venideros.
"La profesión de fe ligada al mundo siempre sobrevivirá a la doctrinaria y agresiva. Pero, sobre todo desde el punto de vista ético, el coraje ejemplar y sin precedentes de este hombre olvidado debe ser un modelo para las generaciones venideras. Cuando Castellio -enfrentándose a todos los teólogos del mundo- califica a Servet, asesinado por Calvino, de víctima inocente; cuando rechaza todos los argumentos de Calvino con estas inmortales palabras: "Matar a un hombre no es defender una doctrina, sino matar a un hombre", cuando en su manifiesto en defensa de la tolerancia -mucho antes que Locke, Hume, Voltaire, y mucho más brillantemente que ellos- proclama de una vez por todas el derecho a la libertad de conciencia, este hombre empeña su vida a cambio de sus convicciones. Sin embargo, no se trata de comparar la protesta de Castellio por el asesinato legal de Miguel Servet con las mil veces más famosas de Voltaire en el caso Calas y de Zola en el asunto Dreyfus, pues semejantes comparaciones no alcanzan ni de lejos la altura moral de su acción. Voltaire, cuando emprende la lucha en favor de Calas, vive ya en un siglo más humano. Además, el mundialmente célebre escritor cuenta con la protección de reyes y príncipes. Del mismo modo, tras Emile Zola, como un invisible ejército, cierra filas todo un mundo: la admiración de toda Europa. Con su acción, ambos arriesgan su reputación y su comodidad en aras de un destino ajeno, pero, y ésta sigue siendo la diferencia fundamental, no su propia vida, como hace Sebastián Castellio, quien en su lucha en pro de la humanidad sufre la inhumanidad de su siglo con toda su mortífera violencia..."
Fragmento de la obra tomado de Castellio contra Calvino, Stefan Zweig, ed. El Adelantado, Barcelona, 2002.
Os este otro parrafo de Zweig, perfectamente aplicable a nuestro tiempo...
"Nunca hasta ahora ha sido posible imponer de modo dictatorial una única religión, una única filosofía, una sola forma de ver el mundo a toda la tierra, pues el espíritu siempre sabrá resistirse a cualquier servidumbre, siempre se negará a pensar de una forma que le es prescrita, a que lo conviertan en algo vacío e insipido, a dejarse restringir y unificar. Qué banal y qué vano resulta por ello tratar de reducir la sublime variedad de la existencia a un común denominador, así como el dividir de un modo maniqueo a la humanidad de buenos y malos, piadosos y herejes, en obedientes y hostiles al estado, basándose en un principio impuesto solamente por la ley del más fuerte."
Fragmento de la obra tomado de Castellio contra Calvino, Stefan Zweig, ed. El Acantilado, Barcelona, 2007.
Enlace del libro:
http://es.scribd.com/doc/16983977/Castalion-contra-Calvino-en-torno-a-la-hoguera-de-Servet
Os este otro parrafo de Zweig, perfectamente aplicable a nuestro tiempo...
"Nunca hasta ahora ha sido posible imponer de modo dictatorial una única religión, una única filosofía, una sola forma de ver el mundo a toda la tierra, pues el espíritu siempre sabrá resistirse a cualquier servidumbre, siempre se negará a pensar de una forma que le es prescrita, a que lo conviertan en algo vacío e insipido, a dejarse restringir y unificar. Qué banal y qué vano resulta por ello tratar de reducir la sublime variedad de la existencia a un común denominador, así como el dividir de un modo maniqueo a la humanidad de buenos y malos, piadosos y herejes, en obedientes y hostiles al estado, basándose en un principio impuesto solamente por la ley del más fuerte."
Fragmento de la obra tomado de Castellio contra Calvino, Stefan Zweig, ed. El Acantilado, Barcelona, 2007.
Enlace del libro:
http://es.scribd.com/doc/16983977/Castalion-contra-Calvino-en-torno-a-la-hoguera-de-Servet
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