A lo largo de su vida, Nietzsche trató de esclarecer la naturaleza humana, aceptarla tal como es y bosquejar una nueva vía de pensamiento que se adecuase a su realidad. ¿Cuál fue el precio de su esfuerzo? Una vida en la sombra, el desprecio de muchos, las espaldas de casi todos. Quién sabe si la locura. Un precio demasiado alto para él, aunque no tanto para una humanidad a la que trato de salvar del adocenamiento heredado, perpetuo, cultural que anula al sujeto frente al poder. Su mensaje estaba (está) lleno de generosidad. Freud, Kafka, Camus y muchos otros recogerían su testigo. Un testigo envenenado contra el desorden (moral) establecido. Declaró la guerra a su tiempo diciendo sí a la vida; diciendo atrevete a ser lo que eres, no – añado - lo que quieren que seas. La moral se basaba en culturas - la griega, la judeocristiana – remotas, extrañas, ajenas a la realidad del siglo XIX. Por ello, los principios, las necesidades, el conocimiento de aquellas, no podían, no debían cimentar una sociedad mucho más evolucionada. Dios, argumentó, había muerto y el hombre - para bien y para mal - se había hecho así mismo. Había llegado el momento de llamar a las cosas por su nombre. Pero aquellos que tendían sogas religiosas, políticas, le acusaron de tender “lazos y redes sobre pájaros incautos”. Sin embargo, ¿qué son los santuarios, los conductores ideológicos y los preceptos morales que cada rincón del planeta adopta como únicos y verdaderos? La moral de la sumisión y el acatamiento que denunciaba el filósofo empujó a los pueblos a los campos de batalla del siglo XX. No hubo resistencia. Casi nunca la hay en realidad. El esclavo no sabe lo que es la libertad. Habló entonces del hombre ideal. Éste sería imaginativo, audaz, curioso. Y lo llamó Superhombre. La tosquedad nazi quiso hacerlo suyo, pero el Superhombre de Nietzsche rechaza los nacionalismos, la religión y el adoctrinamiento. Los nazis eran expertos en poner sogas; Nietzsche, sin embargo, se empeño en arrancarlas de los cuellos.
Te recomiendo un libro de Philippe Sollers: "Una Vida Divina". Es una novela, o más bien una anti-novela. Me ayudó a esclarecer mucho mis ideas sobre Nietzsche (o a complicarlas más).
ResponderEliminarGracias, Mateo. Tomo nota.
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