miércoles, 7 de marzo de 2012

Determinismo o incertidumbre


Einstein era determinista.  Todo está predeterminado.  El ser humano - y por extensión, los animales, los planetas, el mismo universo - vive bajo la influencia de unas fuerzas que no controla y de las que, en muchos casos, ni siquiera tiene conocimiento.  Dentro de este contexto, el concepto del libre albedrío - de libertad - es una ilusión que creemos verdadera. Schopenhauer decía “un hombre puede hacer lo que desee pero no puede desear lo que quiera”.  En la limitación de crear nuestros deseos se puede ver el determinismo de la frase.

Muchos dioses también han creado el mundo de sus fieles - por decirlo de alguna manera - desde una perspectiva determinista. Se trata en este caso de los dioses omniscientes: todo lo saben, incluso nuestro futuro; todo está escrito, sólo nos queda ejecutar sus instrucciones.  El futuro, por lo tanto, no nos pertenece. El futuro, y junto a éste, el destino, no es más que una ilusión sin contenido realmente personal.  

La filosofía ha abordado este tema en infinidad de ocasiones, pero estas ideas, tan genialmente planteadas en ocasiones, no dejan de ser imágenes del intelecto y, por lo tanto, y nos gusten o no, cuentan con una excesiva subjetividad. Cicerón ya lo dijo: "No hay nada tan absurdo que no haya sido dicho por los filósofos."     



A lo largo del siglo XX, tras innumerables pruebas de laboratorio, el mundo científico encontró la posible solución a este problema. Ojo, dicha teoría también descansa sobre una oscura base filosófica. En cualquier caso,  para la física cuántica no existen las certezas absolutas. Sólo hay probabilidades.  Bajo dicha influencia, el hombre puede escoger su destino ya que la realidad se desarrolla constantemente,  construyéndose a cada paso.  Dicho de otro modo: No es que podamos elegir; es que no tenemos más remedio que ir haciéndolo,  todo el tiempo.  Hay una frase de Sartre en esta línea: "el hombre está condenado a elegir, por lo que cada uno es responsable moral por sus actos." 

Sea como fuere, el universo cuántico es escurridizo. Feynman señaló en una ocasión: "Creo que puedo decir con toda seguridad que nadie comprende la mecánica cuántica." A lo que añadió: "la mecánica cuántica describe la naturaleza como absurda desde el punto de vista del sentido común. Por tanto, confío en que podamos aceptar la naturaleza tal como es: absurda"


Sea o no sea absurda nuestra existencia, Einstein estaba convencido de que Dios no juega a los dados. Terry Pratchett escribió con ironía: " Dios no juega a los dados con el universo. Juega a un juego inefable, de Su propia invención, que podría ser comparado, desde la perspectiva de los demás jugadores - es decir, de todo el mundo -, con una oscura y compleja variante del poker,  desarrollada en una habitación sin luz, con las cartas en blanco, en la que las apuestas son infinitas y el croupier, que sonríe todo el tiempo,  no te quiere explicar las reglas.  Stephen Hawking añadiría años después: "Dios no solo juega a los dados, sino que a veces los lanza donde no podemos verlos..."

Obviamente, la respuesta a nuestras dudas nos queda grande. Muchos han tratado de acapararla,  pero, desde un punto de vista simple y objetivo, nadie lo ha conseguido. Sigue  siendo casi - o sin casi - tan inalcanzable como hace 1000 años o como hace 10000. Tener una IPhone, haber pisado la Luna o ser capaces de autodestruirnos, no nos acerca más ella. El enigma que representa no es más que una parte del enigma que representa la vida misma. 

Por finalizar, en Macbeth,  de Shakespeare, se puede leer: en un minuto hay muchos días. A lo que yo añado: tras cada misterio que esconde la realidad hay muchas ideas, y como mucho una puede ser cierta.  



Nota: siendo un poco jocosos, desde un enfoque determinista, esto no lo habría escrito yo. En realidad, una fuerza desconocida me habría llevado a escribir estas líneas. Dicha fuerza me conduciria, en este instante, a finalizar la entrada, algo que acato sin rechistar. 

3 comentarios:

  1. Me gusta, sobre todo la cita de Stephen Hawking: "Dios no solo juega a los dados, sino que a veces los lanza donde no podemos verlos..."

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  2. Es un tema que da mucho que hablar. Yo me quedo con la frase de Schopenhauer:“un hombre puede hacer lo que desee pero no puede desear lo que quiera”

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  3. me parece muy loco y me gusto la nota,al decir verdad creo que me hiciste pensar en lo que dice que los deseos ya estan predeterminados...perooo tiene mucha verdad comparto con oscar

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