viernes, 28 de octubre de 2011

El eterno destierro de Fidias


Sus manos, como las de un Dios superior, dieron forma a otros Dioses: Atenea en la Acrópolis de Atenas; Zeus presidiendo Olimpia.  De la primera apenas se conservan dos copias parciales, de tamaño mucho menor: un busto en el Museo Arqueológico de Bolonia y una figura prácticamente completa en el Albertinum de Dresde.


De la segunda, considerada por los antiguos como una de las siete maravillas del mundo, no queda más que su recuerdo. Se trataba de una estatua de doce metros de altura, con un Zeus majestuoso, entronizado, sosteniendo en una mano la Victoria y en la otra un cetro con águila. 


La esculpió tras ser expulsado de Atenas, acusado de robar oro de los fondos del estado. Esta obra inigualable fue motivo de monedas y gemas; muchas de ellas adornan hoy las vitrinas de los museos de todo el mundo. Pero Fidias no sólo fue expulsado en cuerpo de Atenas. Su obra, heredera de sus desgracias, correría la misma suerte. El British Museum lo sabe bien: expone con orgullo usurpador la mayoría de las piezas que se conservan de su friso del Partenón resaqueado







Pero ¿qué se sabe realmente de Fidias? Casi nada. La existencia de este maestro entre maestros yace sepultada bajo 2500 años de historia incesante. Sólo nos quedan los fragmentos profanados de su obra. Nunca hubo tanto en tan poco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...